Es que tengo un amigo, que tiene un amigo… un primo, una sobrina, un cuñado… que hace lo mismo que tú y más barato.
¿Y si te compro 2 en cuanto me lo dejas?
Si me funciona te lo pago…
¿Cuántas veces hemos escuchado esto? Me adelanto a responder por todos y diré que muchas… En primer lugar, estas deberían ser señales de alerta para dejar ir a ese cliente, porque si esa persona que está pidiendo tus servicios o productos te plantea estas opciones, definitivamente no valora tu trabajo.
Y ese es el punto más importante, “valorar tu trabajo”. El valor definitivamente debe ser nuestro punto de enfoque siempre, porque implica verdaderamente todos los beneficios que aporta tu producto o servicio. Los problemas que resuelve, su elemento diferenciador, su propuesta única de venta, su calidad, garantía, experiencia, trayectoria, etc, etc…
Detrás de cada marca, cada producto o servicio es mucho el tiempo dedicado, existe preparación y capacitación, además de las muchas horas diarias de atención a nuestros clientes. La labor de muchos emprendedores no es un Hobby, es un trabajo que lleva mucha disciplina y entrega.
Un factor común en los emprendedores es no saber cuánto cobrar por nuestros servicios… ese es un camino largo que a todos nos lleva tiempo… ¿qué hacer? Investiga tu mercado (no para copiar) para tener una referencia de donde estás parado, para saber en base a qué valores competir, cuáles son las fortalezas que tengo y puedo resaltar y sobre todo para no poner precios por debajo, porque eso te ayudará a vender hoy, pero te posicionará por tus precios no por tu valor.
Es nuestra tarea educar a nuestros clientes con empatía y mucho respeto, para que puedan valorar el trabajo que hacemos, ese trabajo que nos está pidiendo a nosotros y no a ese conocido que le cobra más barato.
Les dejo la tarea de reflexionar e invitar a más amigos emprendedores a competir por valor, es más divertido y provechoso porque dejará ver la esencia de nuestros talentos y por último recuerden: los clientes compran soluciones, no tus horas… porque a ti puede tomarte solo un rato y otros ni podrán resolverlo… el valor está en ti.
Cuídense mucho, Mary